Voces de California hablan, ayudan y documentan el cruce fronterizo
12 de diciembre de 2012
Por Virginia Bulacio para El Nuevo Sol de California State University, Northridge

Muro/pared en la frontera – Sitio N º 4, US-México, Tijuana, Baja California Norte, México (Estamos Buscando A), 2003. © Paul Turounet, 2012. Exclusive permission and use courtesy of Paul Turounet – http://paulturounet.com
Los Ángeles, California.– Clara (nombre ficticio para proteger su identidad) recuerda que llevaba lo necesario en su mochila para su viaje: galones de agua y sándwiches. Los nervios se apoderaron de ella cuando sus guías le contaban las historias de sufrimiento en la frontera de México y Estados Unidos. Clara, traumatizada de miedo, sentía una profunda tristeza por abandonar su escuela y su país de origen.
Clara tenía quince años en 1994 cuando cruzó por primera vez la frontera entre México y Estados Unidos, junto a sus padres y otros familiares que buscaban mejorar su situación económica.
“Me daba mucho miedo, nunca me había imaginado de que yo iba a pasar por la situación”, dice Clara al recordar su experiencia. “Habían mochilas que las dejaban tiradas porque ya no aguantaban, incluso decían de que habían hasta cadáveres tirados, se oían coyotes”.
Clara y su familia durmieron durante el día escondidos debajo de árboles y al oscurecer caminaron alrededor de 16 horas en camino a San Diego, California, pero fueron detenidos por agentes de inmigración.
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